La diferencia entre los que valen y los que no.

miércoles, 5 de mayo de 2010

¿Hasta donde llega la libertad de los medios para entrometerse en la vida privada de los famosos?


Hay determinados personajes que por el rol que asumen en una determinada sociedad  están considerados como personajes públicos. A su vez, existe otro tipo de individuos, llamados personajes notorios que ya sea por su faceta profesional o porque han vendido su vida a los medios de difusión, están etiquetados como personajes notorios. Y por último, encontramos otro grupo mucho más amplio de personas, como tú y yo, que no somos ni públicos ni nada parecido, sino más bien personas privadas.

Pues bien, hecha esta aclaración sencilla, el problema radica en que hay unos parásitos llamados periodistas del corazón, que se dedican a hurgar en las vidas de aquellas personas famosas que no tienen ninguna voluntad de contar su vida en público. Los partícipes de dichos programas alegan que estas declaraciones se hacen en pro de la libertad de expresión y que cada medio es libre de publicar lo que quiera. No obstante, se olvidan de tres cosas importantes: derecho a la intimidad, al honor y a la propia imagen.

Cuando un equipo de fotógrafos se va a la playa en el mes de Agosto y hace unas fotos de los prominentes senos de Penélope Cruz junto con su compañero sentimental (me lo estoy inventando), la actriz no ha dado ningún permiso para que esto se haga, y por tanto, tiene derecho de no exhibir sus pechos ante la opinión pública del país. Como éste, hay miles y miles de ejemplos. Sin duda, los parásitos han ejercido la libertad de expresión como han querido, sin embargo, donde queda la vida privada de dichos personajes.

Por tanto me quejo públicamente de su actitud y aunque ya sé que nadie me va a hacer ni caso porque el beneficio es mucho más importante que lo que diga un bloggero pelele,  me gustaría dejar claro que el periodismo es algo más que eso.  Los líos sentimentales, las parafernalias y los cuerpos de los personajes más afamados suelen gustar, y por tanto, es una práctica típica de nuestro país (Spain is different). Me gustaría plantear una solución para esta infección social, sin embargo, creo que es algo que está arraigado en España y que no va a frenar. Sino observa la abundante representación de cadenas y revistas que comen a costa de estas personas.

Pase lo que pase, el papel será especial.

Todos conocemos la creciente potencialidad de la expresión ciudadana en Internet. Asimismo, somos conscientes de que el paro está azotando a nuestra sociedad, y de que las tecnologías de la información están portándose como es debido en el siglo XXI. Por ello, la realidad actual del periodismo es radicalmente diferente. 

Los diarios crearon su versión digital, algunas empresas impulsan su medio en la red y sobre todo, los ciudadanos, sin ningún título que nos de potestad para hacerlo, actuamos de periodistas. Todo esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero yo me voy a centrar más bien en lo segundo que para eso estamos aquí. Los puntos positivos ya los conocemos: mayor cantidad de conocimiento, más temas, más puntos de vista, todos somos uno, etc. Sin embargo, esta realidad ha provocado que se pierda uno de los valores más característicos de los que debe presumir un periodista de caché: la fiabilidad.

Cuando hace 10 y 20 años alguien se compraba un periódico en el quiosco de su calle, vivía con un sentimiento de que esos señores que firmaban debajo de los artículos les estaban contando absolutamente toda la verdad. Eran considerados como entes superiores, inalcanzables para nosotros, y en definitiva,  elementos claves para la creación de la opinión pública.

Sin embargo, ya no queda nada de eso. Cuando una persona lee un blog sabe perfectamente que el creador puede estar a su mismo nivel y tener los mismos conocimientos sobre ese tema que él mismo. Además, en los medios digitales las noticias no son tan elaboradas y abundan los recursos multimedia y el hipertexto. Esto ha provocado que el objetivo fundamental de dichos medios sea informar breve e instantáneamente. De este modo, se diluye toda la riqueza expresiva e intelectual propia de los buenos periodistas.

Los valores han cambiado y las formas también. Personalmente no considero que esté mal, sin embargo, yo todavía sigo disfrutando de la frescura y el ingenio de las noticias en papel. Personas que escriben hay muchas, pero periodistas son muy pocos.

martes, 4 de mayo de 2010

Pilar Rubio. ¿Peregrinación forzosa o interés particular?

Cuando una persona comienza su andadura televisiva como azafata de Precio Justo, es obvio que ha de tener unas aspiraciones futuras ligeramente mayores. Gracias a su buen físico y a sus "grandísimas capacidades periodísticas" consiguió catapultar su fama en 2006 cuando pasó a formar parte del personal de SLQH. Deslumbraba en la FHM, era la comidilla de los jóvenes calenturientos de la sociedad española, sin embargo, a veces la fama pesa. Más de cuatro años riéndose de la nula profesionalidad de Telecinco y de la noche a la mañana le llaman para trabajar allí. Más dinero supongo, no lo sé. Pero ella emigra y se dedica a presentar un programa de baile repleto de estrellas mediáticas (entre ellas Belén Esteban). Paradoja de la vida.



Es lo que en fútbol se llama ser chaquetero. Si eres Figo lo comprenderás mejor, si eres Raúl o Xavi jamás te atreverías a tirar a la basura el amor de tantas personas. Por tanto, no justifico que por un sueldo superior una persona tenga que caer en las faces de aquello de lo que ha satirizado durante buena parte de su carrera. También me ronda por la cabeza que lo haya hecho por una cuestión de escrúpulos, es decir, que se haya reformado como periodista y ahora quiera presentar programas de una índole más respetable. Sin embargo, me extraña considerablemente, porque trasladarse del humor de un programa popular donde lograste la fama, a una cadena todavía más criticada que la Sexta, no tiene demasiado sentido. Es como si un viejo comunista de la era de Stalin se convierte en un disidente de su partido y deja sus bártulos para erigerse como un capitalista en proa. Absurdo ¿verdad?

Sea como fuere, la realidad esta ahí y hemos vivido un nuevo caso de "traición periodística". Esperemos que Angel Martin esté igual de contento con Berta Collado, pero tengo mis dudas.


domingo, 2 de mayo de 2010

Mourinho. Fútbol rácano, pero fútbol.


El Barça naufragó, el Madrid suspiró aliviado y entre tanto el Inter se plantó en la final del Bernabéu. Pero eso era lo de menos. En Madrid lo único que importaba es que el león imbatible cayó antes de pasar por el coliseo blanco, mientras que, en Barcelona solo se preocupaban por criticar el Show de Mou.

Muchos son los periódicos, programas, blogs y periodistas de gran prestigio (como Gabilondo) que han  mencionado esa cosa que se denomina antifutbol. Me crispo enormemente cuando veo que se habla de este tipo de práctica, y sobre todo cuando va dirigida a los equipos italianos.

Señores, el Barcelona tiene el mejor equipo del mundo, un campo muy grande y unas ganas locas de meter dos goles. Si el Inter adelanta lineas y más con diez jugadores, los huecos aparecen, Xavi y Messi conectan, y meten dos antes del descanso. Será rácano, pero jugar con dos líneas tejidas como una tela de araña y diez hombres dispuestos a perder tiempo por cada mísera circunstancia era la única vía para que el Inter pudiera ganar en Camp Barça.

Al fútbol ganan los que meten más goles. Normalmente se relaciona anotar goles con jugar bonito, sin embargo, hay determinados momentos que la psicología es más importante que el propio juego. Que yo sepa, hasta hoy perder tiempo, ir al choque o hacer faltas al límite del reglamento no deja de ser fútbol; por tanto, no es mejor el que más ataque, sino el que mejor se defienda. La belleza es otra cosa distinta que el fútbol, de modo que no confundamos términos.

No comprendo, por tanto, ese concepto que sale a la palestra cada vez que un equipo supera a otro gracias a una poderosísima defensa. No quiero cargar contra nadie, porque el Madrid protagonizó nuevamente un ridículo (y ya van seis en Europa), sin embargo, por el bien de este deporte creo que no es justo que ciertos medios tachen el juego de un equipo de antifutbol, solo porque el Barça no ha sido capaz de superar la muralla interistas.

Sin duda, filosofía italiana aplicada a muchos equipos del mundo. Y sino que se lo pregunten al Espanyol. 

viernes, 30 de abril de 2010

Miguel serrano: Ingenio natural.


Para quién no lo sepa el Marca es el periódico de tirada nacional más leído en nuestro país. Para quién lo siga sin saber Marca.com es el diario digital con más visitas diarias. Casi tres millones de lectores avalan el prestigio de una compañia muy criticada en la actualidad. Se habla de favoritismo al Madrid y de odio a su eterno rival, sin embargo, doy fé de que la prensa catalana también barre para casa. Eso es ley de vida.

Después de este breve paréntesis me gustaría destacar la labor de uno de sus periodistas: Miguel Serrano. Cuando los domingos los españoles de a pie compran su periódico, más de alguno prescinde de las páginas iniciales y le da la vuelta al diario. Allí encontrarán a un personaje de atavíado con una camisa roja y gafitas a la última. En su sección "La cara y la cruz" hace un análisis en términos humorísticos sobre el aspecto de la actualidad deportiva que más interés le causa. El desatino de las figuras y el entrenador madridistas, las pullitas al barcelonismo, la naturaleza imprevisible del Atlético de Madrid o las alabanzas al juego de la roja son ideas muy habituales en sus columnas.

Considerado un ferviente madridista, posee un matiz perspicacia que le sirve para dejar con el culo al aire a quien considera oportuno. Uno de los artículos que más famoso le hizo fue el que escribió sobre Agüero para que el argentino se fuera al Real Madrid, y dejara al Atlético que le sacó de su tierra natal. Muchos atléticos se pusieron como locos por temor a perder a su pequeña estrella, sin embargo, un jugador grande necesita títulos de su dimensión (Liga y Champions), y si no los tiene busca novias por toda Europa. ¿Recuerdan a Torres?

En fin, un periodista que sabe clavar los dardos en la diana. Se lo recomiendo para el próximo domingo: Miguel Serrano.